
José Antonio Sanchez-Gómez nació en La roda de Andalucía, Sevilla, en 1950, aunque se considera malagueño como el que más.
Gran lector, escribe “desde que aprendió a hilvanar palabras".1
No tiene premios literarios, y comienza a publicar casi por casualidad, cuando su amigo Jesús Calvo, envía uno de sus cuentos a un certamen literario y es seleccionado para su publicación.
Entre sus obras, escrita fundamentalmente a partir de 1980, encontramos poesía y narrativa y en 1985 nos encontramos con su primera obra de teatro; “Como una vela al levante”, seguida de dos obras infantiles “La historia de un baúl” (1986) y “En la cuarta pista del juego (1992).
En el 2007, una editorial de Jaén, (Alcalá Grupo Editorial),publica prácticamente una a continuación de la otra, tres de sus novelas; “El declinado verbo de los jueves”, “Los páramos del corazón” y “El legado de las palomas”, al que se suma un volumen de cuentos; “Cuentos de amor y radio”.
En “Los páramos del corazón”, J.A. Sanchez-Gómez, “despliega, en una serie de cuadros vitales una prosa de intenso lirismo en la que las elaboraciones sobre los recuerdos de la niñez y la adolescencia, así como los naufragios de la juventud y madurez, vienen expuestos a corazón abierto con una impudicia rampante y sin realce de las virtudes ni desdoro de las flaquezas.”2
Este exponer “a corazón abierto”, sus estructuras literarias cargadas de modernidad y una mezcla permanente de dulzura y salvajismo, constituyen las principales características de la obra de este autor. Haciendo un paralelo gastronómico, diríamos que sus textos, nos harán experimentar sabores “agridulces”. Como la vida misma, claro.
Un gran apasionado a la historia, J.A. Sanchez-Gómez disfruta imaginando como habrán vivido los hombres y mujeres reales, sus a veces patéticas vidas, antes de entrar en el bronce. Partiendo de una excelente documentación y a través de un mimado estilo, nos hace pensar que esas realidades, seguramente pasaron por donde el nos la cuenta.
Pero volviendo al autor como dramaturgo, quizá las obras que mejor definen su dramaturgia sean “El frágil secreto de las piedras” (1996), “Cómpreme el paraíso” (1997), y “Otro verano el mismo jardín” (1998).
En la primera, aborda la apasionada y tormentosa relación que vivieron Camille Claudel y Rodin.
En “Cómpreme...”, la intensísima y arrolladora pasión que desbordó las vidas de Paul Verlaine y Arthur Rimbaud y de quienes los rodeaban. Por último, en “Otro verano...”, no recurre a un mito, sino a personajes anónimos de la Málaga del XIX o principios del XX, para hablarnos de la vida, del amor, del arte, como en sus trabajos anteriores, al que ahora le suma la política de aquellos años difíciles, dejándonos ver las innumerables similitudes con la situación actual y opinando sobre el auge de los nacionalismos; “Los nacionalismos son el folclore de este país de remiendos. Solo hay que darles un teatro para que se oigan y se vean a sí mismos”.
Pero lo que quizá refleje mejor su obra, es la idea que flota permanentemente en todos sus textos, y es; no olvidar que el primer deber del hombre es tratar de ser feliz.
1Prólogo de Inmaculada Jabato Sarabia en “Cómpreme el paraíso”, Nueva Dramaturgia Malagueña Nº 1
2Prólogo a la obra.
Gran lector, escribe “desde que aprendió a hilvanar palabras".1
No tiene premios literarios, y comienza a publicar casi por casualidad, cuando su amigo Jesús Calvo, envía uno de sus cuentos a un certamen literario y es seleccionado para su publicación.
Entre sus obras, escrita fundamentalmente a partir de 1980, encontramos poesía y narrativa y en 1985 nos encontramos con su primera obra de teatro; “Como una vela al levante”, seguida de dos obras infantiles “La historia de un baúl” (1986) y “En la cuarta pista del juego (1992).
En el 2007, una editorial de Jaén, (Alcalá Grupo Editorial),publica prácticamente una a continuación de la otra, tres de sus novelas; “El declinado verbo de los jueves”, “Los páramos del corazón” y “El legado de las palomas”, al que se suma un volumen de cuentos; “Cuentos de amor y radio”.
En “Los páramos del corazón”, J.A. Sanchez-Gómez, “despliega, en una serie de cuadros vitales una prosa de intenso lirismo en la que las elaboraciones sobre los recuerdos de la niñez y la adolescencia, así como los naufragios de la juventud y madurez, vienen expuestos a corazón abierto con una impudicia rampante y sin realce de las virtudes ni desdoro de las flaquezas.”2
Este exponer “a corazón abierto”, sus estructuras literarias cargadas de modernidad y una mezcla permanente de dulzura y salvajismo, constituyen las principales características de la obra de este autor. Haciendo un paralelo gastronómico, diríamos que sus textos, nos harán experimentar sabores “agridulces”. Como la vida misma, claro.
Un gran apasionado a la historia, J.A. Sanchez-Gómez disfruta imaginando como habrán vivido los hombres y mujeres reales, sus a veces patéticas vidas, antes de entrar en el bronce. Partiendo de una excelente documentación y a través de un mimado estilo, nos hace pensar que esas realidades, seguramente pasaron por donde el nos la cuenta.
Pero volviendo al autor como dramaturgo, quizá las obras que mejor definen su dramaturgia sean “El frágil secreto de las piedras” (1996), “Cómpreme el paraíso” (1997), y “Otro verano el mismo jardín” (1998).
En la primera, aborda la apasionada y tormentosa relación que vivieron Camille Claudel y Rodin.
En “Cómpreme...”, la intensísima y arrolladora pasión que desbordó las vidas de Paul Verlaine y Arthur Rimbaud y de quienes los rodeaban. Por último, en “Otro verano...”, no recurre a un mito, sino a personajes anónimos de la Málaga del XIX o principios del XX, para hablarnos de la vida, del amor, del arte, como en sus trabajos anteriores, al que ahora le suma la política de aquellos años difíciles, dejándonos ver las innumerables similitudes con la situación actual y opinando sobre el auge de los nacionalismos; “Los nacionalismos son el folclore de este país de remiendos. Solo hay que darles un teatro para que se oigan y se vean a sí mismos”.
Pero lo que quizá refleje mejor su obra, es la idea que flota permanentemente en todos sus textos, y es; no olvidar que el primer deber del hombre es tratar de ser feliz.
1Prólogo de Inmaculada Jabato Sarabia en “Cómpreme el paraíso”, Nueva Dramaturgia Malagueña Nº 1
2Prólogo a la obra.