Contexto histórico de la obra


Francia, 1871 -1873
El siglo había comenzado muy convulsivamente para el pueblo francés con la expulsión de Napoleón y la restauración de la casa de los Borbón en el trono. La iglesia católica junto a lo más conservador de la sociedad, volvía a dominar los destinos de Francia.
Sin embargo, esto no duraría mucho y se vivirían nuevamente períodos inestables, porque entre 1827 y 1830, el país sufre una crisis económica, industrial y agraria, posiblemente peor a la que dio lugar a la revolución de 1879. Así, los campesinos franceses se enfrentaron a un período muy duro de penurias económicas, agravada por los altos precios.
La serie de sucesos que siguieron a esta etapa, están jalonados por ascensos y descensos al trono y al poder, por distintas figuras, que de ningún modo fueron capaces de resolver las necesidades del pueblo.
Llegamos así a 1852, en que se proclama el “Segundo imperio francés” con Napoleón III al frente. El régimen intentó compaginar un gobierno autoritario y personalista con el mantenimiento de los principios liberales burgueses.
Se intentaba restaurar la grandeza de Francia, desarrollando una amplia política expansionista, pero el sueño termina sucumbiendo tras la derrota sufrida por su ejército en la guerra franco-prusiana entre 1870 y 1871.
Es durante este período, cuando París sufre la más radical transformación urbanística y de infraestructura de su historia. Su población aumenta de forma continua y desmedida, alimentada por verdaderas hordas de campesinos, que abandonan los campos creyendo escapar así de la miseria.
En este período, surge “La comuna de París”, que fue un cortísimo período, en el que un gobierno popular y federativo, intentan crear un estado revolucionario.
Cuando finalmente fueron derrotados, los vencedores iniciaron un verdadero genocidio, donde miles de comuneros fueron fusilados, y otros tantos expulsados de París , arrojados a la miseria. Algunos historiadores piensan que en mayo de 1871, en lo que se llamó “La semana sangrante”, fueron fusilados alrededor de 30.000 personas.
París estuvo cinco años bajo la ley marcial. La clase acomodada de la ciudad y la mayoría de los historiadores de la comuna, habían visto aquella experiencia, como un clásico ejemplo de “dominio de la muchedumbre”, terrorífico y al mismo tiempo inexplicable. La mayoría de los actuales historiadores, encuentran difícil de explicar el odio sin precedentes que la comuna despertó en las clases medias y altas de la sociedad. Un odio sin justificación, contra un gobierno que, además de ser tremendamente pluralista, no tomó nunca medidas enérgicas contra sus enemigos.
Es en este escenario, en el que se desarrolla la obra. Paul Verlaine es ya un famoso poeta, considerado uno de los mejores de Francia, y el joven Rimbaud, se perfila como la nueva gran pluma francesa.